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Archivo para el día “junio 14, 2008”

>MUJERES-COLOMBIA:Violencia en aumento, Por Helda Martínez


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BOGOTÁ (IPS) Los seis años de política de seguridad democrática del gobierno colombiano de Álvaro Uribe no han favorecido la protección de las mujeres, concluyó un encuentro de defensoras de los derechos humanos.El Taller de Estrategias de Protección para Defensoras de Derechos Humanos en Colombia se llevó a cabo el 6 de junio en Bogotá, en el marco de la Campaña Internacional sobre Mujeres Defensoras de Derechos Humanos.
Medio centenar de campesinas, indígenas y afrocolombianas, representantes de grupos populares, movimientos sociales y feministas de distintas regiones del país, llegaron para compartir experiencias con mujeres de Asia, África, Europa y el resto de América Latina.
Desplazamiento, violencia sexual, torturas, asesinatos y desapariciones forzadas son los desastres que comparten.
«Hasta pensar se convierte en causa de agresión», dijo Pilar Sánchez, del oriental departamento de Boyacá, afectado históricamente por la presencia de grupos delictivos, control militar y marcada presencia paramilitar en la última década.
«A las mujeres nos pisotean por todo. Porque ejercemos liderazgo, porque defendemos nuestros derechos, los de nuestros hijos, los de la comunidad. Pero también por el sexo, por la religión, por todo. En las zonas fronterizas es peor, porque toca enfrentar a la guerrilla, a los ‘paras’ (paramilitares), al ejército», describió Sánchez.
«La política de Uribe ha representado mayor inseguridad para las mujeres. La mal llamada desmovilización de grupos paramilitares, que en verdad mantienen control en espacios de administración y justicia regional, afecta en especial a mujeres, niñas y adolescentes», dijo a IPS María Eugenia Ramírez, de la Mesa de Trabajo del Instituto Latinoamericano de Derechos Alternativos (ILSA), con sede en Bogotá.
Su afirmación se sustenta en crímenes como el asesinato de la líder Yolanda Izquierdo, en enero de 2007, en el noroccidental departamento de Córdoba.
Izquierdo representaba a varios cientos de campesinos que reclamaban la devolución de sus tierras, tomadas por grupos paramilitares comandados por Salvatore Mancuso, extraditado en mayo a Estados Unidos, donde se lo acusa de delitos de narcotráfico.
Se suman los asesinatos de Carmen Santana, en febrero de 2007, en el norteño departamento de La Guajira, y de cuatro mujeres más en distintas zonas, por una causa común: la solicitud de restitución de tierras en cumplimiento de la Ley de Justicia y Paz, que «no se aplica», afirman las denunciantes.
Esa ley fue aprobada por el gobierno como marco de la desmovilización que negoció con los paramilitares, milicias ultraderechistas aliadas de la fuerza pública en la lucha contra la guerrilla de izquierda. La ley otorga beneficios penales –un máximo de ocho años de prisión– a los desmovilizados que confiesen todos sus crímenes y los obliga a reparar a las víctimas.
La autoridad constitucional dispuso cambios a la norma, como la pérdida de todos los beneficios para los desmovilizados que oculten delitos en sus testimonios. Pero la sorpresiva extradición de los principales jefes «paras», dispuesta por el gobierno, frenó varios procesos claves para llegar a la verdad de los peores crímenes de guerra cometidos en las últimas dos décadas.
La Escuela Nacional Sindical asegura que en los primeros 11 meses de 2006 fueron asesinadas 13 mujeres sindicalistas, 15 en 2005, y 16 en 2004.
La líder Yolanda Becerra, de la no gubernamental Organización Femenina Popular, con un largo historial de amenazas por su trabajo con mujeres de base en la petrolera ciudad de Barrancabermeja, nororiente del país, fue asaltada en su casa en noviembre de 2007.
Miembros del grupo paramilitar Águilas Negras, surgido tras la desmovilización, «entraron a mi apartamento, destruyeron documentos, amenazaron, torturaron psicológicamente y me sacaron de la ciudad», dijo Becerra a IPS.
«Pero no quebrantaron mi apuesta. Desde Bucaramanga (capital del nororiental Santander) mantengo el compromiso de defensa a la vida y a la democracia «, agregó.
«De todas maneras, digo que estoy ‘de buenas’ porque nunca me amenazan sola», apuntó con un dejo de ironía. «Lo hacen con personas respetadas, reconocidas, como el padre Francisco de Roux», líder jesuita.
Las situaciones de violencia y agresión se extienden incluso a personas del común, que habitan regiones en las que tradicionalmente se mantuvo el dominio guerrillero.
«Mantenemos acciones de alertas tempranas, de protección, de trabajo constante», dijo Ramírez. «El año pasado, logramos sacar del país a ocho mujeres con sus familias por las amenazas reiteradas en su contra, pero la situación es grave», añadió.
La abogada Claudia Girón sostuvo que han sido asesinadas seis mujeres líderes y muchas más están amenazadas en zonas cercanas a la capital, desde el 6 de marzo, cuando se llevó a cabo una marcha contra la violencia estatal y paramilitar.
Girón es esposa de Iván Cepeda, organizador de esa marcha y portavoz del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado.
«Por eso llamo la atención a los organismos internacionales, para que se mantengan atentos a la situación que se vive en Colombia», dijo Girón ante el auditorio.
La embajadora de Suecia, Lena Nordström, reafirmó en claro español su interés de apoyo. «Continuaremos trabajando como en los últimos años por las mujeres colombianas afectadas por el desplazamiento y la violación de sus derechos. Para mi país es un verdadero compromiso», dijo.
La representante de la Campaña Internacional de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos, Sumila Abeyke, expresó que se mantendrá el empeño de afianzar estrategias que logren la protección de las mujeres víctimas y líderes de derechos humanos.
«Es un reto que venceremos con sentimiento de solidaridad», afirmó.
La colombiana Ramírez afirmó que se continuará trabajando porque se cumplan la legislación interna, y las recomendaciones de la relatoría especial de violencia contra las mujeres de las Naciones Unidas, emitidas en 2002, y de la relatoría especial de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
«Son temas son importantes que aportan en nuestro empeño. Pero también ponemos en práctica mecanismos de protección entre nosotras, y encuentros como estos son apoyo importante para el alma», dijo Ramírez.
Abeyke finalizó reafirmando el compromiso de contar «todas estas historias a través de nuestras redes» para mantener «el sentimiento de solidaridad, y continuaremos cuidándonos unas a otras, venciendo las fronteras reales e imaginarias que nos han impuesto». (FIN)

>MUJERES-PERIODISMO:Notorias por su ausencia Por Miren Gutiérrez*


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ROMA (IPS) Si observa las fotos de cualquier cumbre internacional, no encontrará muchas mujeres. El misterio de su subrepresentación en los círculos del poder persiste: ¿Por qué hay tan pocas al timón, luego de tantas décadas de existencia del movimiento feminista? Una mirada a los medios de prensa ofrece algunas respuestas.»Los medios son un espejo de la sociedad. Si las redacciones son espacios dominados por los hombres, es que reflejan un mundo dominado por ellos», dijo Ferial Haffajee, la primera editora mujer del diario sudafricano South African Mail & Guardian.
«Para mí, esto no se ajusta a nuestra misión de crear sociedades no racistas, no sexistas y sin prejuicios», agregó.
Las organizaciones de prensa son las guardianas de buena parte de lo que se conoce en la esfera pública, y los artículos periodísticos contribuyen a perpetuar los estereotipos o a cambiarlos. Ver quién está en la «cocina», preparando las noticias, resulta revelador.
«La influencia de las mujeres en el periodismo es una de las principales áreas problemáticas en la investigación de medios desde una perspectiva feminista», señaló Monika Djerf-Pierre, autora del estudio «El género del periodismo».
No es sencillo llegar a conclusiones de validez mundial sobre el papel de las mujeres en las organizaciones de prensa, dado que la mayor parte de los análisis están centrados en países específicos y se refieren fundamentalmente a las occidentales o al tratamiento que reciben en los medios, ya sea como fuentes o protagonistas de las noticias.
El trabajo de Djerf-Pierre muestra que incluso en naciones «amigables» hacia las mujeres, «el periodismo es un terreno dominado por los hombres», como ocurre en Suecia, que figura en el primer puesto del índice de brecha de género elaborado por el Foro Económico Mundial (FEM), es decir que presenta el menor grado de disparidad.
Tras un período de presencia femenina simbólica en las redacciones, se produjo la aparición de una masa crítica de mujeres en ellas en los últimos 25 años. Actualmente, en Suecia, las mujeres representan casi la mitad del total de periodistas, pero tres de cada cuatro líderes de la industria de los medios de comunicación son hombres, señaló Djerf-Pierre.
Solo en los medios electrónicos públicos y en las revistas, las mujeres ocupan más de 40 por ciento de los puestos de dirección. Según Djerf-Pierre, existe un patrón, que ella denomina «lógica de género».
Los hombres se encargan por lo general de las noticias sobre política, la economía y el poder, recurriendo a fuentes masculinas y asumiendo el paradigma de la «objetividad». Las mujeres se dedican más a la esfera privada, buscan información en fuentes femeninas y emplean un tono más íntimo o personalizado.
«La principal conclusión del estudio es que el estatus, el prestigio y el poder han sido asociados con concepciones de la masculinidad y éstas, a su vez, han sido asociadas con las creencias que sustentan la imagen de la misión periodística», señaló Djerf-Pierre.
Según una investigación publicada en 2005, que menciona en su estudio, «muchas periodistas sienten que las mujeres se encuentran en desventaja cuando se asignan las notas a cubrir pero, al mismo tiempo, dicen que el género no tiene importancia respecto de la forma en que un editor o editora realiza su trabajo».
Patrones similares se encuentran en Estados Unidos, que figura en el puesto 31 del índice de brecha de géneros del FEM.
«Las mujeres han chocado con el ‘techo de cristal’ en los medios de prensa», señaló en su informe 2006-2007 la Fundación Internacional de Mujeres en los Medios (IWMF, por sus siglas en inglés).
Un estudio de 2006 de la Sociedad Estadounidense de Editores de Diarios mostró que el número de mujeres en puestos de dirección se había congelado. «La cantidad de mujeres en las redacciones se incrementó levemente hasta 37,7 por ciento. El 64,5 por ciento de los supervisores son hombres, al igual que 58,5 por ciento de los editores, 60,3 por ciento de los reporteros y 72,6 por ciento de los fotógrafos», señaló el informe.
Una de las razones, según la IWMF, es que «las mujeres se sienten frustradas por sus limitados progresos. Un estudio de 2002 del Instituto Estadounidense de la Prensa y el Centro Pew para el Periodismo Cívico reveló que las mujeres no tenían expectativas de avanzar en las organizaciones en las que trabajaban y pensaban que deberían abandonar el periodismo».
El grupo Informe sobre las Mujeres en los Medios, que ofrece información sobre cómo son presentadas en la prensa, citó un informe de 2006, realizado por las revistas The Atlantic Monthly, Harper’s, The New York Times Magazine, The New Yorker y Vanity Fair, entre las más importantes de Estados Unidos, revelando que la relación de artículos firmados por hombres respecto de los escritos por mujeres era de 3 a 1.
Asimismo, una investigación de la Universidad de Indiana de 2003 concluyó que el salario medio de las mujeres en 2001 representaba 81 por ciento del de un hombre, cuya mediana estaba en torno a los 46.758 dólares anuales. La brecha de género se incrementa en relación directa con el aumento de la edad.
El cuadro de situación se repite en redacciones de diferentes lugares del mundo. «Nuestra red de miembros nos informa de formas comunes de discriminación sexual, como diferencias salariales y desigualdad de oportunidades en la asignación de artículos», dijo a IPS la directora ejecutiva de la IWMF, Jane Ransom.
En España, que aparece en el décimo lugar del índice del FEM, hay en la universidad 1,22 mujeres por cada hombre, pero en términos de llegar a posiciones de liderazgo se encuentran muy lejos de lograr la igualdad, «incluso en los sectores más ‘feminizados’ de la cultura, como la literatura», destacó el diario madrileño El País en un artículo sobre las mujeres y la cultura.
«En los medios de prensa, a pesar de que hay 46 por ciento de mujeres periodistas, sólo ocupan 24 por ciento de las posiciones de dirección», según El País, que cita el Informe sobre la Profesión Periodística 2006.
Para la escritora Laura Freixas, esto se debe a lo que denomina «la ideología patriarcal». «La presencia femenina entre los agentes culturales es muy marginal. ¿Cómo se perpetúa esta marginalización, cuando las mujeres son mayoría en las universidades?», preguntó.
«Veamos un ejemplo: un artículo sobre la biografía como género (literario), publicado en enero de 2008 por la revista Letras Libres. El texto contiene 60 nombres, pero apenas dos son de mujeres. ¿No hay mujeres biógrafas, o sobre las que se hayan escrito biografías en la historia? Si las hay, ¿no vale la pena incluirlas? Y si lo vale, ¿por qué no figuran?», agregó.
«Lo importante de estas preguntas no son las respuestas, sino que el autor ni siquiera se planteó la cuestión. La ausencia de mujeres entre los creadores culturales produce contenidos que legitimizan esa ausencia y viceversa», afirmó Freixas.
No es suficiente que las mujeres «inunden» las universidades si la «ideología patriarcal» no sólo distorsiona las percepciones sino que también actúa sobre la realidad, aseguró.
Comparativamente, hay más mujeres universitarias en Italia que en España: 1,35 por cada hombre, según los datos del FEM. Sin embargo, en las redacciones de los medios de prensa italianos mujeres representaban apenas un tercio del total en 2006. La situación no ha cambiado mucho, dijo a IPS Marina Cosi, de la Federación Italiana de Prensa.
Los diarios son los que presentan el peor panorama, con sólo 27 por ciento de mujeres en sus redacciones, mientras la proporción trepa a 35 por ciento en las agencias de noticias. En la televisión nacional italiana hay 37 por ciento de mujeres y 38 por ciento de portavoces femeninas en los organismos públicos, agregó.
No hay información, sin embargo, sobre qué cantidad de esas mujeres son editoras jerárquicas, directoras, o dueñas de medios. IPS pidió la información a Stampa Romana, asociación nacional de periodistas matriculados, así como a organizaciones de mujeres, pero no obtuvo respuesta.
* Ésta es la primera parte de una serie de dos notas. Miren Gutiérrez es editora en jefe de IPS. Aldo Ciummo, en Roma, contribuyó a este artículo.

>Abundan las cumbres, falta comida Por Thalif Deen


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NACIONES UNIDAS (IPS) Luego de dos cumbres de la ONU sobre alimentación, una en 1996 y otra en 2002, la comunidad internacional prometió aliviar el hambre y reducir la desnutrición.Hubo incluso declaraciones más optimistas. En una conferencia mundial de alimentos, en 1974, se prometió terminar con el hambre «en una década».
Pero la mayoría de los objetivos planteados en esos encuentros de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) no se concretaron, aunque los compromisos fueron asumidos por los líderes mundiales.
Ahora, con el antecedente de disturbios en más de 30 países por el alto precio de los alimentos, y la escasez de arroz y de maíz en más de 60 naciones, una tercera cumbre mundial de más de 150 líderes prometió el 5 de junio «acciones urgentes y coordinadas» para resolver la crisis.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, puso una nota dramática al declarar que «en Liberia, hace poco, me encontré con gente que antes podía comprar arroz por bolsas y ahora lo hacen por taza».
El grito de batalla en la cumbre fue la necesidad de aprovechar la voluntad política de la comunidad internacional, y específicamente de los países ricos, para responder rápidamente a la crisis alimentaria.
«Si no actuamos con celeridad, los 1.000 millones más pobres del mundo pasarán a ser 2.000 millones de la noche a la mañana, porque su poder de compra se reducirá a la mitad como consecuencia de la duplicación de los precios de los alimentos y los combustibles», advirtió Josette Sheeran, directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PMA) del organismo mundial.
El PMA dijo que destinará este año alrededor de 5.000 millones de dólares en ayuda alimentaria a casi 90 millones de personas en 78 países. La lista incluye a algunas de las naciones más afectadas: Afganistán, Etiopía, Haití, Kenia y Somalia.
La cumbre de tres días que terminó el 5 de junio, auspiciada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), tuvo una conclusión predecible: una piadosa declaración sobre la lucha contra el hambre y la desnutrición en el mundo. Pero, ¿hasta qué punto se llevarán a la práctica esos postulados?
Junto con la declaración se conocieron algunos números impactantes. Ban señaló que existe la necesidad de contar con «sustanciales nuevos recursos», entre 15.000 y 20.000 millones de dólares al año, para enfrentar el impacto de la crisis, incluyendo entre 8.000 y 10.000 millones de dólares anuales para atender los requerimientos de una «revolución verde» en África.
Anuradha Mittal, directora ejecutiva del no gubernamental Instituto Oakland, con sede en San Francisco, Estados Unidos, que ha realizado estudios exhaustivos sobre agricultura y comercio de alimentos, dijo a IPS que, a primera vista, los compromisos asumidos en la cumbre son «impresionantes».
Señaló que el llamado a la acción inmediata para asistir a países afectados por la crisis, junto a recomendaciones de políticas como el apoyo a pequeños productores, el fortalecimiento de las redes sociales de seguridad, el desarrollo de reservas de alimentos y otros mecanismos de administración de riesgos serán vitales para asegurar la seguridad alimentaria.
Al mismo tiempo, otras recomendaciones a mediano y largo plazo, que urgen a los gobiernos a adoptar un marco político para la agricultura centrado en la gente, también apuntan a garantizar la seguridad alimentaria.
Mittal señaló que la actual crisis provocada por las subas de precios demanda un nuevo esquema agrícola y alimentario, centrado en la necesidad de dar de comer a la gente en lugar de vender los productos en los mercados internacionales.
Esto requerirá que los países del Tercer Mundo cuenten con el espacio de maniobra política necesario para adoptar medidas que aseguren su soberanía alimentaria.
También hará falta, agregó Mittal, que la FAO y el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA) cuenten con presupuestos que les permitan cumplir con su mandato.
«Las naciones del Tercer Mundo tendrán que abandonar las mal aconsejadas políticas de los organismos financieros internacionales», aseguró.
«Se trata de crear un sistema basado en los pequeños agricultores, los trabajadores de las granjas, los pescadores y las comunidades indígenas, que son los mejores administradores de la tierra y los que aseguran la soberanía alimentaria y autosuficiencia de las naciones», dijo Mittal.
Según Ban, la comunidad internacional ya está atendiendo las necesidades inmediatas.
La FAO requirió 1.700 millones de dólares de nuevos fondos para otorgar a los países pobres semillas y otros tipos de apoyo a la agricultura. El PMA obtuvo 755 millones de dólares adicionales, la mayor parte provenientes de Arabia Saudita, para cumplir con sus compromisos de este año. Y el FIDA está otorgando 200 millones de dólares extra a agricultores pobres en los países más afectados.
El Banco Mundial estableció una nueva línea de créditos de rápido acceso, de 1.200 millones de dólares, destinada a incrementar la producción, que incluye 200 millones de dólares en subvenciones para las naciones más pobres.
La ONU, por su parte, estableció una reserva de 100 millones de dólares de su Fondo Central de Respuesta a Emergencias para ayudar a financiar las necesidades humanitarias generadas por el sostenido aumento de los precios de los alimentos.
En tanto, la declaración de la cumbre señala que los miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) reafirmaron su compromiso respecto de una «rápida y exitosa conclusión» de la Agenda de Desarrollo de Doha, que incluye el fortalecimiento de la capacidad comercial de las naciones pobres.
Mittal considera que algunos de los avances en la declaración de la cumbre han sido neutralizados por el llamado a una rápida conclusión de la Ronda de Doha de la OMC, que busca liberalizar los intercambios comerciales internacionales, como receta para resolver la crisis actual.
A su juicio, la Ronda de Doha, tal como está planteada, provocará una mayor volatilidad de los precios, incrementará la dependencia de los países en desarrollo respecto de las importaciones y reforzará el poder de las empresas multinacionales en los mercados internacionales.
«Las naciones en desarrollo perderán espacio de maniobra para determinar sus políticas agrícolas y esto limitará su capacidad para enfrentar la crisis y asegurar los medios de vida de los pequeños productores», dijo Mittal.
La imposibilidad de enfrentar la actual crisis alimentaria ilustra el fracaso de tres décadas de desregulación de los mercados agrícolas.
«En consecuencia, estamos reclamando una verdadera solución que estabilice la producción y distribución de alimentos, para atender la demanda global por comida saludable, adecuada y a precios accesibles», afirmó Mittal.
En este contexto, 237 organizaciones no gubernamentales, sindicatos y movimientos sociales de 50 países advirtieron al director de la OMC, Pascal Lamy, que la respuesta a la disparada del precio de la comida no pasa por «una mayor desregulación de la producción y el comercio de alimentos».
En la carta que enviaron a Lamy, las organizaciones destacan que la Ronda de Doha no atiende los mayores desafíos que enfrenta el sistema alimentario mundial, que incluyen el cambio climático, el agotamiento de los recursos naturales, la cuadruplicación del precio del petróleo, la ausencia de competencia en los mercados internacionales de materias primas, la especulación financiera y la rápida expansión de la producción no sustentable de biocombustibles.

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