SINDUDAdegénero

Otro espacio de las vecinas en la red.(segun Callejo) WordPress.com

Archivo para el día “junio 21, 2008”

>DIA INTERNACIONAL DEL REFUGIA/DO


>

Estadísticas de violencia contra la mujer muestran un panorama desolador. En promedio una mujer muere cada día por el conflicto armado, otras sufren violación y maltrato doméstico. © ACNUR/X.Creach

El ACNUR llama la atención sobre la violencia contra las mujeres desplazadas en Colombia

Bogotá, Colombia, 4 de diciembre (ACNUR) – La Agencia de las Naciones Unidas para los refugiados una vez más hace parte de la campaña anual dirigida a la eliminación de la violencia contra la mujer, las estadísticas en Colombia pintan un cuadro desalentador.

En promedio una mujer muere al día por causa del conflicto armado en Colombia, unas 1.600 mujeres son asesinadas cada cuatro años como resultado de combates o ejecuciones realizadas por alguno de los grupos armados en el país, de acuerdo a la Comisión Colombiana de Juristas.

Adelaida Ortiz y Marleni Pai son un ejemplo escalofriante. Las dos mujeres y cientos de miembros de la comunidad indígena Awá, huyeron de los combates entre las tropas del ejército y un grupo armado irregular a inicios de este año y buscaron protección en la población de Altaquer, en el sur del departamento de Nariño.

El 9 de agosto las dos mujeres y tres hombres miembros de su comunidad, incluyendo al esposo de Ortiz, fueron sacados de su casa y muertos por disparos. Los asesinos, que fueron de puerta en puerta buscando sus víctimas, no tenían que haberlos encontrado.

En una cultura de violencia parecida, las mujeres son también víctimas de crímenes como asesinatos y violaciones, como también de la violencia doméstica y abusos sicológicos. Las mujeres forzadas a huir de sus hogares son particularmente vulnerables, un informe del gobierno muestra que más de la mitad de todas las mujeres desplazadas registradas han sufrido violencia sicológica a manos de sus parejas en el último año.

“La violencia y el desplazamiento forzado hacen parte de un círculo vicioso para muchas de las mujeres que huyen de la violencia a otro lugar sólo para salvarse y alejarse del peligro, una vez se han movido.” afirma Roberto Meier, Representante en Colombia del ACNUR. “El desplazamiento forzado separa familias, destruye las relaciones sociales y deja a muchas mujeres solas con sus hijos en precarios albergues con muy poco acceso a lugares de trabajo. Muchas tienen que huir de nuevo”.

Teresa Díaz, directora del grupo de mujeres Yo Mujer, afirmó que la violencia es una constante cercana en la vida de cientos de mujeres quienes tienen que buscar refugio en un albergue instalado por su organización en Bogotá en el 2003.

Muchas de ellas han sufrido de violencia doméstica, pero el albergue también acepta a mujeres violadas por miembros de grupos armados, quienes usan la violencia sexual como un arma de guerra.

Mariana* tenía 13 años cuando fue violada por primera vez hace cinco años por miembros de un grupo armado irregular que controlaba una población al norte de Colombia, donde ella vivió con su familia. Asustada y avergonzada no le contó a nadie lo que le había sucedido; los hombres regresaron unas pocas semanas después. La madre de Mariana, Yolanda*, encontró a su hija sin sentido a la siguiente mañana por fuera de su casa.

“Cuando descubrí su mentira y me di cuenta de lo que ellos le habían hecho, pensé que perdería la cabeza, pero supe que tenía que ser fuerte y sacarla de allí”, afirmó Yolanda, recientemente en Bogotá. Ella dejó la población una noche con Mariana y sus otras seis hijas y encontró un lugar para vivir en la ciudad de Barrancabermeja.

Después de descubrir que el dueño de la casa donde vivían, en varias ocasiones había forzado a Mariana a tener sexo con él, Yolanda huyó con su familia a barrio periférico de Bogotá, donde encontró refugio en el albergue Yo Mujer y donde encontró un personal solidario. “Por primera vez en mi vida, encontré una voz”, afirmó Yolanda, quién ha disfrutado de Yo Mujer. Mariana también ha encontrado fuerzas para hablar de sus experiencias.

La organización ha ganado varios premios por este trabajo en favor de las mujeres y de las desplazadas, incluyendo el Premio Nacional de Paz, otorgado el año anterior. Para muchas mujeres desplazadas y niñas la fundación ha sido una tabla de salvación, pero otros rechazan el grupo y el trabajo humanitario realizado por mujeres como Díaz.

En su región nativa del Norte de Santander, Díaz recibió constantes amenazas e intimidaciones de grupos armados irregulares por su participación en una asociación nacional de mujeres. Dos de sus colegas desparecieron, otras fueron violadas y cuatro asesinadas. En cada ocasión, Díaz recibió amenazas de que ella sería la próxima. Finalmente huyó a Bogotá y fue una de las fundadoras de Yo Mujer en el 2002.

El ACNUR, Yo Mujer y otras organizaciones están tomando parte en una serie de eventos para que coincidan desde el 25 de noviembre al 10 de diciembre, con los 16 días anuales de Activismo para Eliminar la Violencia Contra La Mujer. Estos incluyen una campaña pública de concientización, un concierto en Barranquilla y en la Costa Atlántica, y talleres para periodistas, profesores y jóvenes.

Por Marie-Helene Verney
En Bogotá, Colombia

*Los nombres han sido cambiados por motivos de seguridad

>Al inicio de la andadura de la Casa de la mujer de norte de Santander


>

Este es un compromiso con las mujeres que de una u otra manera NO han sido reconocidas por el poder político, las otras y las instituciones

pero sí guardando para ell@s los avances de las politicas sociales hacia las mujeres como instrumento de subordinación y sometimiento de las otr@s.

A la MEMORIA DE FARIDE HERRERA,nuestra compañera a quien siempre recordaremos por su beligerancia y fervor en defensa de los derechos de las humanas, antes de la dispersión de las miembras de la Casa de la Mujer Norte de Santander (algunas asesinadas, otras desplazadas, amenazadas y el exilio) y en asamblea general en la sede de Asinort habíamos acordado que llevara su nombre.

para saber más: ya que ella había sido una de las fundadoras *** Violencia directa contra las mujeres y sus familias**

La condición de discriminación y subordinación de las mujeres es un elemento fundamental que explica el tipo de agresiones de las que son víctimas en el contexto del conflicto armado, en el cual se desarrollan dinámicas y se fortalecen simbologías y prácticas orientadas a disputar o conservar el poder.
La violencia con base en la identidad de género reproduce prácticas discriminatorias que en situaciones de conflicto armado ratifican el poder de los hombres sobre las mujeres y el poder de las armas sobre la población civil, e interactúan simultáneamente con otras formas de discriminación basadas en identidades étnicas y en diferencias sociales. Las mujeres víctimas de la violencia lo son por ser mujeres y/o por desarrollar actividades sociales y políticas que son vistas por los actores armados como obstáculos para el desarrollo de sus proyectos militares.

Cómo nació?

Nació como una propuesta de la identificación de género de varios grupos de mujeres; tales como la Fensoagro, Anuc, Anmucic, Amas de Hogar,Mujeres del C4, las Psicologas Beatriz Zuluaga, Liliana Vergel, las mujeres de Asinort, grupos de oración de la iglesia catolica, y es de reconocer el apoyo de Monseñor Luis Madrid Merlano y al entonces gobernador Antonio José Lizarazo quien siendo un gobernador jóven y su madre doña Leonor apoyaron muchas de las acciones .

Mujeres independientes de profesiones liberales como la conocida periodista Gilma Gámez quien desde la radio y su programa diario «Género Mujer» en 900 de la cadena Super y luego en Colmundo Radio inicio esa andadura cuando regreso de Venezuela del proceso de fortalecimiento de las ONG de mujeres y el apoyo de la diputada venezolana Argelia Laya que en capitulo aparte trataremos el I Encuentro Binacional de Mujeres propuso desde el espacio de la Radio las primeras acciones para el Departamento contituyendo una Casa que recogiera las acciones que se hacían menos fuertes tales como ese 8 de marzo del 91, luego fué el I Encuentro Binacional de Mujeres Véase información en El Tiempo bajo el título Encuentro Femenino De La Frontera como así lo reseñaron los más importantes diarios del país La Opinion de Cúcuta, El Tiempo..
(…) en los planes que desarrollan las comisiones encargadas de los programas de atención a la mujer de la frontera. El encuentro binacional de mujeres, denominado Descubramos la vida sin fronteras , se realizará (…)

eltiempo.com / archivo Encuentro Femenino De La Frontera
Con el propósito de impulsar proyectos comunes, orientados hacia el desarrollo integral de la mujer, y dar a conocer las políticas de Colombia y Venezuela para el desarrrollo femenino, mañana se realizará en Cúcuta el primer encuentro binacional de mujeres de la frontera. Al certamen asistirán representantes de Norte de Santander, por Colombia, y de Mérida, Táchira y Zulia, por Venezuela, quienes intercambiarán experiencias sobre problemas y solucions comunes a nivel familiar y social.

Los resultados de ese encuentro serán presentados en la tercera sesión plenaria de la Asamblea Regional Fronteriza que se llevará a cabo los días 25, 26 y 27 de noviembre en Cúcuta, para incluirlos en los planes que desarrollan las comisiones encargadas de los programas de atención a la mujer de la frontera.

El encuentro binacional de mujeres, denominado Descubramos la vida sin fronteras , se realizará en el hotel Arizona, con el apoyo de la Consejería Presidencial para la Juventud, la Mujer y la Familia, la asesoria departamental de Norte de Santander, y el Corpes Centro-Oriente, en coordinación con Gilma Gámez de la casa de la Mujer de Norte de Santander.

El Gobierno estará representado por el consejero presidencial Juan Lozano Ramírez, Elena Páez de Tavera y Yolanda Puyana, pertenecientes al área mujer de la misma consejería, y representantes del proyecto de comunicaciones para la infancia y la mujer del Ministerio de Comunicaciones. Liliana Vergel Canal del Programa Mujer de la Gobernación

Igualmente, participarán organizaciones no gubernamentales de mujeres como la Casa de la Mujer de Bogotá, Cine Mujer, Viva la Ciudadanía, Mujeres por la Democracia, y la Casa de la Mujer Nortesantander.

Las delegaciones venezolanas representan al ministerio para la promoción de la mujer, al de la familia, del estado del Táchira; a los partidos políticos Acción Democrática, Copei y Movimiento al Socialismo.

En forma simultánea al primer encuentro binacional de mujeres de la frontera se llevará a cabo una exposición pictórica con obras de mujeres venezolanas y colombianas.

Viernes 8 de noviembre de 1991 | eltiempo.com | Información general | ARTICULO

El 10 de diciembre de 1948 se proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos
DD.HH., bajo la lupa
Por: Georges-Henri Soutou*

Al cumplirse 60 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el mundo hace acto de contrición ante su flagrante violación. El caso colombiano será revisado por la ONU en Ginebra.

UN escenario de constantes violaciones a los Derechos Humanos.
La Declaración Universal de Derechos Humanos celebra 60 años. Este texto fundamental, redactado el 10 de diciembre de 1948, proclamó por primera vez estos derechos a escala mundial, estableciendo la primera frontera, aunque teórica, a la soberanía absoluta de los Estados. Francia desempeñó un papel importante en su realización.

Los Derechos Humanos no se ignoraban en el derecho internacional antes de la Segunda Guerra Mundial, pero el verdadero punto de partida fue la Carta del Atlántico proclamada por Franklin Delano Roosevelt y Winston Churchill el 12 de agosto de 1941. La conferencia interaliada que se celebró en Londres el 24 de septiembre de 1941 fue el pistoletazo de salida de la declaración de René Cassin, nuevo comisario nacional responsable de la Francia libre de la justicia y de la instrucción política, según la cual, «la aplicación práctica de las libertades fundamentales del hombre es indispensable para alcanzar una verdadera paz internacional».

Como delegado del gobierno francés, experto de las comisiones y consejos competentes de la Organización de Naciones Unidas y como presidente de la comisión consultiva de Derechos Humanos ante el Ministerio de Asuntos Exteriores, René Cassin desempeñó un papel determinante en la redacción de la declaración de 1948.

En 1946, el Consejo Económico y Social de la ONU creó una comisión de Derechos Humanos. El gobierno francés puso al mando a René Cassin, elegido entre tanto vicepresidente del Consejo de Estado. La nueva comisión creó un comité de redacción para esbozar la declaración. Cassin presentó un anteproyecto el 16 de junio, que fue adoptado como base de trabajo. Su anteproyecto recuperaba el contenido de la Declaración de Derechos Humanos y del Ciudadano de 1789, pero añadía derechos políticos, el derecho a la nacionalidad, la protección de los extranjeros y derechos sociales, económicos y culturales.

Esta última cuestión abriría uno de los mayores debates y supondría una de la mayores dificultades en la compleja elaboración de la declaración de 1948. Sin embargo, esta extensión de la noción de los derechos humanos, más allá de la declaración de 1789, correspondía a la evolución de la concepción francesa en este ámbito, tal y como había sido formulada en el preámbulo de la Constitución de 1946.

La Comisión de Derechos Humanos elaboró un proyecto de declaración en julio de 1948. La Asamblea General de la ONU la adoptó el 28 de agosto de ese mismo año. Los debates fueron complejos. El representante francés, René Cassin, desempeñó un importante papel. Las mayores dificultades procedían de los países comunistas, en particular de la antigua URSS, que exigía ir mucho más lejos en la definición de derechos económicos y sociales, en concreto de las minorías nacionales. Además, este país se oponía a la creación de un tribunal internacional de Derechos Humanos o de cualquier órgano responsable de examinar las peticiones dirigidas a la ONU.

El desarrollo rural en América Latina hacia el siglo XXI. (Tomo II. Experiencias)
Ir a publicación

Tabla de contenido

APERTURA, COMPETITIVIDAD, INGRESO Y EMPLEO

El impacto de la industria de la yuca seca en la Costa Atlántica
Rupert Best, Guy Henry y María Verónica Gottret.

Chile: Programas rurales del fondo de solidaridad e inversión social. Lecciones y experiencias en un
escenario de apertura y competitividad económica
Miguel Díaz Gasituá

La participación campesina en la planeación y gestión del desarrollo. Una experiencia de la Fundación Sociales el municipio de La Florida – Nariño
Jesús Alarcón Burbano

SERFINDES S.A. Capital de riesgo para el desarrollo rural
Jaime Ramírez Guerrero

Agricultura comercial y calidad de vida en un período de ajuste estructural. El caso de Pueblo Llano, estado de Mérida
Eliécer G. Arias, Luis Llambí

Producción y crédito en las fincas recuperadas de los Zenúes. Presentación de una experiencia
Ángela María Rodríguez

Programa de modernización, diversificación y generación de empleo rural, PMD/PG
Arturo Ospina de la Roche

El Fondo Emprender
Arturo Zea Solano

PERSPECTIVA DE GÉNERO Y DESARROLLO RURAL

Reafirmación cultural de la mujer campesina como agente de desarrollo
Ligia Alencastre Medrano

La asociación de mujeres para una nueva sociedad
Una experiencia de organización rural en Santander, Colombia
María Trinidad Gómez Martínez

El relativo fracaso de un proyecto exitoso: la evaluación desde la perspectiva de género. Un caso en el noroeste del Departamento de Canelones, Uruguay
Kirai de León

¡Romper el silencio!
Gilma Gámez López

El enfoque de género en el desarrollo agropecuario y comunal del Valle del Alto Piura – Perú
Luz María Gallo Ruiz

DESCENTRALIZACIÓN Y PARTICIPACIÓN

Gestión pública participativa: una escuela para la formación de ciudadanos – la experiencia del PNR–
Marcela Rozo Rincón

Descentralización y participación social en salud
Constanza Collazos V.

Desarrollo institucional y organización campesina
Ramón González Parra

Descentralización y desarrollo rural. Los problemas de los municipios rurales de Chile
Eduardo Cifuentes Parra

Proceso de descentralización y participación en el Municipio rural colombiano –caso Gámbita– (La universidad frente al municipio rural
Marisol Isaza Ramos

Centro de Asesorías Integrales. Una experiencia de desarrollo rural solidario
Héctor Fabio Cuéllar

SOSTENIBILIDAD Y DESARROLLO RURAL

Investigación e sistemas sostenibles de producción agropecuaria (CIPAV) de Cali-Colombia
Enrique Murgueitio Restrepo

Propuesta para el desarrollo rural microregional: una experiencia de la Universidad de Caldas en la promoción del desarrollo rural
Isaías Tobasura Acuña

Los sistemas campesinos y la sostenibilidad de los recursos naturales en los Andes del Cuzco – Perú
Félix Hurtado

Las comunidades campesinas trabajan por la conservación de ecosistemas andinos en la cuenca media del río Chicamocha. Investigación y gestión ambiental en el norte de Boyacá
Andrés Etter

Capital natural, instituciones y agroecosistemas en zonas campesinas andinas: evidencia empírica de sus efectos de la degradación ambiental
Juan Camilo Cárdenas

Propuestas sostenibles para el desarrollo rural en la cuenca alta de Guamuez. Una experiencia de una ONG del sur de Colombia
Carmen Candelo Reina

DESARROLLO INSTITUCIONAL

El proceso de descentralización y la evolución institucional del fondo DRI
Jorge Alberto Maestre M.

La modernización y el desarrollo institucional para el desarrollo rural. Reflexión inicial sobre el caso colombiano
Diana Medrano

La coordinadora rural: una experiencia en la Sierra peruana
Víctor David Galarreta Encinas

Aspectos jurídicos de las formas asociativas. Una experiencia con campesinos en Colombia
Julio César Quintero Latorre

El municipio, un sistema abierto al desarrollo local integral. Registro de la experiencia
Lisímaco Velasco Miño

Proyecto de vida de la Fundación San Isidro en Boyacá
Alonso Velásquez

Directorio de ponentes de experiencias

Ir a publicación

La violencia en Colombia ha aumentado de manera vertiginosa en los últimos años: los desplazados internos en Colombia ya rondan los tres millones. Muchos se ven obligados a refugiarse en los países vecinos y las víctimas más vulnerables suelen ser las mujeres. María* salió de Colombia con sus hijos buscando refugio en Venezuela y ha querido compartir con nosotros sus recuerdos, su lucha y cómo, por razones de seguridad, ACNUR la ayudó a reasentarse en España. Hacia ya un año que había llegado a Venezuela e intentaba orientar mi vida y la de mis tres hijos pequeños. Se me había reconocido el estatuto de refugiada después de las agotadoras idas y venidas para lograrlo.
Recuerdo el día que tuve que abandonar todo lo que más quería: mi casa, mi coche, mi perra, mi trabajo en el cual me sentía cómoda y gratificada porque no sólo ejercía mi profesión, sino que aportaba granitos de arena para construir un país con el que todos y todas soñamos y que hace ya más de medio siglo vive una guerra a la que llaman “de baja intensidad”.
Recuerdo aquel triste día cuando me enteré que formaba parte de una lista de 47 personas condenadas a muerte. Estaba en el funeral de uno de los que habían sido amenazados de muerte y un compañero de profesión me dijo: “te dejo en la capilla ardiente de la Alcadia pero no puedo recogerte ni dejarte en tu casa, ya sabes porqué”, y mi respuesta fue: “no, no lo sé”; él me dijo: “pregúntale a los representantes de la Cámara de Diputados que vinieron de Bogotá; ellos tienen una lista muy especial”. Me quedé atónita, no reaccioné y sentí pavor, pues sabía lo que significaba.
Recordé entonces a las mujeres que fueron asesinadas en Colombia cuando iban a buscar a sus hijos para exiliarse.

Sin identificar mujer muerta por el Ejército

Continúa sin identificar la mujer muerta en combates con el Ejército, esta semana, en la vereda Tejarito (Durania), en límites con San Cayetano.

La occisa fue trasladada a las neveras de la morgue del Instituto de Medicina Legal en Cúcuta donde le practicaron la autopsia. Los familiares son esperados para que amplíen detalles sobre la vida de la joven de entre 18 y 20 años.

El Ejército informó que, además, en el mismo hecho, perdieron la vida tres hombres, presuntos integrantes de la cuadrilla ‘Juan Fernando Porras’, del Eln.

Los militares hallaron documentos con información de interés y varios pasados judiciales que irán a investigación para establecer las actividades a las que estaría dedicada la supuesta comisión. Además, encontraron armas y granadas.

En una segunda acción, hombres del Batallón de Contraguerrillas 46 Héroes de Saraguro dieron muerte a un presunto integrante de las Farc, en El Tarra.

En Cúcuta fueron reclamados los cadáveres de Hugo Armando Garzón Alvarado, de 22 años; Nelson Darío Vargas Parra, de 20, y Johan Manuel Guzmán, de 17.

>Este es un compromiso con las mujeres que de una u otra


>

por favor copie y vaya a la dirección siguiente
http://www.hrw. org/spanish/ informes/ 1998/guerra. html#top visite actualidad

manera no han sido reconocidas por el poder político y las instituciones guarddando para sí los avances de las politicas sociales hacia las mujeres
Colombia

220. El Relator Especial recibió numerosos informes y denuncias que indicaban que en Colombia seguían produciéndose violaciones de los derechos humanos y, en particular, violaciones del derecho a la vida en una escala alarmante. Según datos publicados por Justicia y Paz, durante los primeros nueve meses de 1993 más de 9.100 personas murieron víctimas de la violencia política en el país.

221. Se afirmó que en las regiones donde las fuerzas de seguridad mantenían una fuerte presencia debido a las operaciones antisubversión del Gobierno se cometieron muchas violaciones del derecho a la vida. Se señalaron al Relator Especial como particularmente afectados los departamentos de Antioquia, Arauca, Cauca, Meta y Santander. Según las informaciones, miembros de las fuerzas armadas, la policía y grupos paramilitares que cooperan con las fuerzas de seguridad fueron responsables de ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias.

222. Con mucha frecuencia las víctimas de esas matanzas fueron civiles considerados por las fuerzas de seguridad como posibles colaboradores de los guerrilleros. Se dijo que los miembros de las comunidades indígenas de esas zonas, como los pueblos indios arsario, arhuaco o kogui eran particularmente vulnerables. Como en años anteriores, el Relator Especial también recibió un gran número de denuncias de ejecuciones extrajudiciales o amenazas de muerte contra representantes de partidos políticos de oposición, miembros de asociaciones de derechos humanos, periodistas, abogados y personas vinculadas a la Iglesia.

223. Con respecto a las denuncias de violaciones del derecho a la vida cometidas por fuerzas paramilitares, el Relator Especial recibió un número alarmante de informes relativos a la región de San Vicente de Chucurí, Santander. Allí, según se afirma, las estructuras paramilitares habían sido activadas, apoyadas y protegidas por las fuerzas de seguridad del Estado, cuyos miembros, al parecer, con frecuencia estaban implicados directamente en ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias.

224. Se informó al Relator Especial de que, según un documento oficial sobre las violaciones de los derechos humanos en 1992, publicado por la Procuraduría General de la Nación, el 58% de las quejas presentadas a su oficina en 1992 estaban dirigidas contra miembros de la policía nacional, y particularmente sus unidades de información.

225. El Relator Especial también continuó recibiendo denuncias de violaciones del derecho a la vida en el contexto de las llamadas «operaciones de limpieza social» en diversas ciudades colombianas. A lo largo del año se fue recibiendo un número cada vez mayor de tales informes. Se denunció que los «escuadrones de la muerte», integrados por individuos armados, y en diversos casos también por miembros de la policía nacional, fueron responsables de la muerte de personas «socialmente indeseables»: niños de la calle, menores de bandas callejeras, vagabundos y delincuentes sospechosos.

226. Además, el Relator Especial recibió numerosos informes que indicaban que sólo en unos pocos casos de presuntas violaciones de los derechos humanos se habían iniciado investigaciones. Incluso cuando había habido investigaciones, se informó que sólo en casos excepcionales éstas habían conducido al castigo de los autores de abusos de los derechos humanos y a la indemnización de las familias afectadas. Los miembros de las fuerzas armadas, la policía y los grupos paramilitares que cooperaban con ellos prácticamente seguían gozando de impunidad.

Comunicaciones enviadas

227. El Relator Especial comunicó al Gobierno de Colombia denuncias que había recibido con respecto a la violación del derecho a la vida de más de 300 personas, entre ellas 15 menores de edad y 7 mujeres; 28 casos constituían supuestas violaciones del derecho a la libertad de opinión y expresión, de religión o de reunión pacífica y asociación. Mediante el envío de 28 llamamientos urgentes el Relator Especial intervino en favor de más de 260 personas. Las denuncias relativas al derecho a la vida de otras 40 personas se transmitieron en una carta separada.

228. El Relator Especial envió 26 llamamientos urgentes al Gobierno de Colombia en los que expresó su preocupación por la seguridad de las siguientes personas, cuya vida, según se afirmaba, estaba en peligro:

a) los niños de la calle de Bogotá, después que se encontraran en la capital carteles que anunciaban el exterminio de los niños de la calle, invitándolos a asistir a sus propios funerales (19 de agosto de 1993); Harizon Ortiz y otros 9 niños de la calle en Cali (15 de octubre de 1993);

b) los abogados Carlos Edgar Torres Aparicio, Rodolfo Alvarez, Oscar Elías López y el antropólogo Etnio Vidardo, así como los testigos de la matanza de más de 20 indígenas páez (17 de diciembre de 1992); el sacerdote y activista de derechos humanos Rafael Duarte Ortiz (4 de febrero de 1993); Betty Gómez de Mondragón, viuda de Hugo Varela Mondragón (véase E/CN.4/1993/46, párr. 209 b)) (26 de febrero de 1993); 10 personas acusadas de ser guerrilleros, entre ellas autoridades locales y miembros del partido de oposición «Unión Patriótica»: Alvaro Córdoba y otras 9 personas (cuyos nombres están registrados en la secretaría) (26 de febrero de 1993); el dirigente comunitario Pedro José Chaparro Cuesta, Luis Sosa y el Sr. Fierro, después del asesinato de Epimenio Rodríguez Guzmán y Marcos Ortiz González (de 17 años) (2 de abril de 1993); los dirigentes comunitarios Héctor Torres, Noel Segura Díaz, Alba Segura Díaz e Isidro Torres (12 de marzo de 1993); los sindicalistas Luis Fernando Alzate Alvarez, Oscar Toro, Jorge Barón, Gustavo Peña y Carlos García (2 de abril de 1993); el abogado Dr. Eduardo Umaña Mendoza (30 de abril de 1993); el asesor municipal Alfonso Palacio (16 de junio de 1993); la esposa de Gregorio Nieves, que fue testigo ocular de su homicidio (17 de junio de 1993); Gilberto Martínez y cinco pasajeros de su coche, que habían presenciado la ejecución extrajudicial de los hermanos Hermes y Linder Osvaldo Jiménez Barco (13 de julio de 1993); miembros del Comité Regional de Defensa de los Derechos Humanos (CREDHOS) (25 de julio de 1993); el dirigente comunitario Pablo Eli Acosta (29 de julio de 1993); 150 personas de una lista, acusadas de ser colaboradores o simpatizantes de los guerrilleros, que se publicaría por una cadena de televisión (11 de agosto de 1993 y 22 de noviembre de 1993); el detenido y miembro de un grupo de oposición armada Orlando Quintero Páez (26 de agosto de 1993); el abogado Dr. Rafael Barrios Mendivil (3 de septiembre de 1993); los trabajadores comunitarios Manuel Claro, Erminoso Sepúlveda, Luis Reyes y dos hermanos de Víctor Guadia, que había sido asesinado (7 de octubre de 1993); miembros comunitarios después del asesinato de John Harol Ortega (29 de octubre de 1993).

229. El Relator Especial también instó a las autoridades a que investigaran los siguientes casos de graves violaciones del derecho a la vida y tomaran todas las medidas necesarias para impedir que volvieran a producirse tales incidentes en el futuro:

a) El asesinato, en una «operación de limpieza social», de Jesús María Valencia Zuleta y otras 14 personas (cuyos nombres están registrados en la secretaría). En este contexto se había expresado temor por la vida de Román Darío Roldán (7 de octubre de 1993).

b) El uso excesivo de la fuerza en operaciones contra los elementos subversivos que causaron la muerte de Víctor Zambrano, Reyes Fuentes, José Fuentes y otro campesino (26 de julio de 1993); los campesinos Moisés Galván Pantoja, Sol Galván Pantoja y su prima llamada Chavela (2 de abril de 1993); Pedro Carvajal. En este contexto se había expresado temor tras las amenazas de muerte proferidas contra Jorge Torres y Norberto Quintero (22 de octubre de 1993).

c) Acontecimientos en San Vicente de Chucurí: Leonardo Rangel e Isnardo García Carreño, que fueron secuestrados y asesinados; se había expresado temor por la vida de los campesinos José del Carmen Peña, Leonardo Pineda, Rosendo Fonseca, Roque Sandoval y Alvaro Quiroga (28 de enero y 23 de febrero de 1993); amenazas de muerte contra el alcalde Saúl Pico Gómez y Humberto Geovo Almanza (23 de febrero de 1993).

230. En tres cartas enviadas al Gobierno de Colombia el Relator Especial transmitió los siguientes 41 casos de presuntas ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias:

a) Pedro Jaramillo Rueda, Humberto Jaramillo Rueda, Mario Lozada Ortiz, Pedro Guevara, Fredy Prada Vargas, José Eugenio Morales y otro campesino, según los informes, después de haber sido torturados; Faride Herrera Jaime y Oscar Iván Andrade Salcedo; Elio Valdonado, Herminia Barbosa y Octavio Bovilla; Pastor Ballesteros Tarazona y José Terry Pérez Castellanos; el dirigente indígena Gerardo Moreno Florez;

b) Alvaro Diego Escribano, miembro de «Unión Patriótica»; José Rodrigo García Orozco, miembro dirigente de «Unión Patriótica»; el dirigente sindicalista Eimar Tejada Trujillo; el dirigente sindicalista Luis Carlos Pérez; el sindicalista Hernando Valencia Laso;

c) en el contexto de las operaciones contra la subversión: Wilson Quintero, Gustavo Coronel y Luis Alfonso Ascanio; Ramiro Ramos Ramos y Víctor Garcés; Luis Ernesto Ascanio y Ramón Villegas;

d) en San Vicente de Chucurí, entre septiembre de 1992 y mayo de 1993: John Raúl Rodas; Ricardo Uribe; José del Carmen Díaz; Euclides Peñaloza Galvis; Luis Angel Patiño Patiño; Luis Carlos Lopera Londoño; Octavio Sierra; Carlos Alberto Márquez Solano; Rodolfo Carreño Chaparro; Rubén Ardila Pinzón; Jaime Pineda Corzo; Horacio Rueda Castellanos; Eduardo Arciniegas; Antonio María Forero Navas.

Comunicaciones recibidas

231. El Gobierno de Colombia proporcionó al Relator Especial respuestas relativas a los siguientes casos:

a) Betty Gómez de Mondragón: las autoridades competentes se pusieron en contacto con ella para evaluar la situación y brindarle protección tanto a ella como a su familia (5 de abril de 1993).

b) Rafael Duarte Ortiz: la Consejería Presidencial para la Defensa, Protección y Promoción de los Derechos Humanos dio instrucciones a las autoridades competentes de que proporcionaran los medios de protección necesarios (5 de abril de 1993); a raíz de una queja presentada por Rafael Duarte Ortiz se llevó a cabo una investigación disciplinaria que condujo a la imposición de 3 y 8 días de arresto severo, respectivamente, a dos agentes de la policía (27 de julio de 1993).

c) El Dr. Eduardo Umaña Mendoza: después de que, por propia decisión, declinara la escolta asignada por el Departamento Administrativo de Seguridad, la Consejería Presidencial solicitó a la Fiscalía General que atendiera el caso en particular (3 de junio de 1993).

d) Gregorio Nieves: se iniciaron investigaciones judiciales de su asesinato. Con el fin de proteger a su esposa la Consejería Presidencial realizó gestiones ante el Ministerio de Defensa y el Comando de las Fuerzas Militares (16 de agosto de 1993).

e) Orlando Quintero Páez: la Consejería Presidencial pidió a las autoridades competentes que aseguraran la debida protección al preso (18 de octubre de 1993).

f) Víctor Guadia y otros: la fiscalía competente ha iniciado investigaciones. Los funcionarios municipales que supuestamente están amenazados se reunieron con la policía para evaluar su situación de seguridad. Se adoptaron medidas para ofrecerles protección e investigar el origen de las amenazas de muerte contra ellos (11 de noviembre de 1993).

232. Además, el Gobierno de Colombia informó al Relator Especial de que tras el ataque criminal cometido en Bogotá el 15 de abril de 1993, que causó la muerte de 10 personas, las autoridades se vieron obligadas a declarar el estado de conmoción interior, de conformidad con el artículo 215 de la Constitución y el Decreto legislativo 261 de 5 de febrero de 1993 (23 de abril de 1993).

233. Asimismo, el Gobierno de Colombia transmitió al Relator Especial un informe sobre la situación de los derechos humanos en Colombia publicado por las autoridades. En este informe se hacía referencia, entre otras cosas, a la nueva Constitución de 1991 y, en particular, a sus disposiciones acerca de la protección de los derechos humanos por medio de la «acción de tutela» (véase el párrafo 235 infra), la Ley sobre la reforma de la policía aprobada en 1993 y Ley de estados de excepción (19 de noviembre de 1993).

Seguimiento

234. El 22 de septiembre de 1993, el Relator Especial envió una carta al Gobierno de Colombia en que solicitaba información adicional sobre diversos casos transmitidos en 1992 y 1993 respecto de los cuales se había recibido respuesta. Cuando el Gobierno le había informado que se habían iniciado investigaciones, el Relator Especial preguntó sobre el estado de las investigaciones y sus resultados, si éstas ya habían concluido. Cuando el Gobierno había declarado que se había otorgado protección a las personas amenazadas, el Relator Especial pidió que se le informara sobre las medidas específicas adoptadas.

235. Durante su estadía en Ginebra en noviembre de 1993 el Relator Especial se entrevistó con representantes del Gobierno de Colombia que le suministraron información adicional sobre las medidas adoptadas por las autoridades para mejorar el respeto al derecho a la vida en Colombia. En particular, se hizo referencia a una reforma de la policía y a la «acción de tutela», un instrumento previsto en la Constitución de Colombia de 1991 para asegurar el respeto a los derechos y libertades fundamentales. En relación con el derecho a la vida, se informó al Relator Especial de que se podía recurrir a dicha acción de tutela en los casos de amenaza de muerte por miembros de las fuerzas armadas, lo cual daba a los tribunales civiles cierto control sobre los actos del personal militar, incluso cuando éste actuaba en ejercicio de sus funciones.

236. Además, el Gobierno invitó al Relator Especial a realizar una visita a Colombia. En vista de que en 1994 se celebrarán cuatro consultas electorales en Colombia, se prevé que esta visita tendrá lugar después de septiembre de 1994. Como preparación para la visita, el Relator Especial proyecta intensificar su diálogo con el Gobierno de Colombia con respecto a las recomendaciones formuladas por su predecesor, el Sr. S. Amos Wako, tras su visita al país en 1989 y, en particular, con miras a determinar los obstáculos a que hacen frente las autoridades en sus esfuerzos por aplicar esas recomendaciones.

Observaciones

237. El Relator Especial aprecia en gran medida la voluntad de cooperar demostrada por el Gobierno de Colombia. Ha tomado nota con reconocimiento de las medidas adoptadas por el Gobierno con miras a brindar una mejor protección del derecho a la vida. El Relator Especial también quisiera agradecer al Gobierno de Colombia por invitarlo a llevar a cabo una visita al país.

238. Sin embargo, el Relator Especial sigue preocupado: como se ha descrito supra, continúa recibiendo un gran número de denuncias relativas a violaciones del derecho a la vida. Es particularmente preocupante observar que viene recibiendo denuncias similares desde hace ya muchos años. En este contexto, el Relator Especial celebra la aprobación de la nueva ley sobre la reforma de la policía y las mayores posibilidades de protección de los derechos humanos que ofrece la Constitución de 1991. Alienta al Gobierno de Colombia a que persista en sus esfuerzos a este respecto y lo insta a que adopte medidas eficaces para impedir que se produzcan otras muertes, particularmente en el contexto de las actividades contra la subversión o de las operaciones de los «escuadrones de la muerte» contra quienes son considerados socialmente indeseables. El Relator Especial también insta a las autoridades a que investiguen las violaciones de los derechos humanos y hagan comparecer ante la justicia a sus autores.

alasmujeresnadanosesajeno19 Jul 2008
Sin nombres, sin rostros ni rastros y la celebración de la fiesta nacional de Colombia, y el nacionalismo sólo esta contra los secuestros, pero no por los ejecutado/as
Escrito por: gilgalo el 19 Jul 2008 – URL Permanente
‘Civiles en la mira’

Sin nombres, sin rostros ni rastros
Jorge Eliécer Pardo

Premio nacional de cuento sobre desaparición forzada “Sin Rastro”

tomado de ips del blog de C. Viera

A las amorosas mujeres colombianas

Como a mis hermanos los han desaparecido, esta noche espero a las orillas del río a que baje un cadáver para hacerlo mi difunto. A todas en el puerto nos han quitado a alguien, nos han desaparecido a alguien, nos han asesinado a alguien, somos huérfanas, viudas. Por eso, a diario esperamos los muertos que vienen en las aguas turbias, entre las empalizadas, para hacerlos nuestros hermanos, padres, esposos o hijos. Cuando bajan sin cabeza también los adoptamos y les damos ojos azules o esmeralda, cafés o negros, boca grande y cabellos carmelitas. Cuando vienen sin brazos ni piernas, se las damos fuertes y ágiles para que nos ayuden a cultivar y a pescar. Todos tenemos a nuestros NN en el cementerio, les ofrecemos oraciones y flores silvestres para que nos ayuden a seguir vivos porque los uniformados llegan a romper puertas, a llevarse nuestros jóvenes y a arrojarlos despedazados más abajo para que los de los otros puertos los tomen como sus difuntos, en reemplazo de sus familiares. Miles de descuartizados van por el río y los pescadores los arrastran a la playa a recomponerlos. Nunca damos sepultura a una cabeza sola, la remendamos a un tronco solo, con agujas capoteras y cáñamo, con puntadas pequeñas para que no las noten los que quieren volver a matarlos si los encuentran de nuevo. Sabemos que los cuerpos buscan sus trozos y que tarde o temprano, en esta vida o la otra, volverán a juntarse y, cuando estén completos, los asesinos tendrán que responder por la víctima. Si la justicia humana no castiga a los verdugos, la otra sí los pondrá en el banquillo de los que jamás volverán a enfrentarse a los ojos suplicantes de los ultimados.

Esta noche hemos salido a las playas a esperar a que bajen otros. Nos han dicho que son los masacrados hace varias semanas, los que sacaron a la plaza principal y aserraron a la vista de todos. Quiero que venga un hombre trabajador y bueno como los pescadores y agricultores de por allá arriba y que yo pueda hacerle los honores que no le dieron cuando lo fusilaron. Mis hermanas tirarán las atarrayas y los chiles para no dejarlos pasar, uno no sabe si el que le toca es el sacrificado que con su muerte acabará la guerra. Aquí todas creemos que nuestros difuntos prestados son los últimos de la guerra, pero en los rezos nos damos cuenta de que es una ilusión. Cuando traen ojos se los cerramos porque es triste verles esa mirada de terror, como si en sus pupilas vidriosas estuvieran reflejados los asesinos. Nos dan miedo esos hombres armados que quedan en el fondo de los ojos de los muertos, parecen dispuestos a matarnos también. Muchos párpados ya no quieren cerrar y, dicen en el puerto, que es para que no olvidemos a los sanguinarios. Los enterramos así, con el sello del dolor y la impunidad mirando ahora la oscuridad de las bóvedas.

Algunos están comidos por los peces y los ojos desaparecidos no dan señales del color de sus miradas. A muchos de los que nos regala el río y no tienen cara, nosotras les ponemos las de nuestros familiares desaparecidos o perdidos en los asfaltos de las ciudades. Pegamos las fotografías en los vidrios de los ataúdes para despedirlos con caricias en las mejillas. Fotos de cuando eran niños, con sus caras inocentes. Las novias hacen promesas, las esposas les cuentan sus dolores y necesidades y las madres les prometen reunirse pronto donde seguramente Dios los tiene descansando de tanta sangre. Las solteras les piden que les traigan salud, dinero y amor. Y cuando las palomas anidan en las tumbas es el anuncio de que deben emigrar para otra parte de Colombia o para Venezuela, España o los Estados Unidos.

Los primeros meses poníamos en sus lápidas las tristes letras de NN y debajo un número para que todos supieran que era un muerto con dueño, o mejor un desparecido reencontrado. Cuando nadie viene por ellos y las autoridades también los dejan a la buena de Dios, los dueños de los cadáveres los rebautizan con los nombres de sus muertos queridos. Es como un nacimiento al revés: parido entre el agua del río y lavado después en la arena. Les llevamos flores, les encendemos veladoras y les regalamos rosarios completos y unos cuantos responsos. Todas sabemos que en cada rescatado hay un santo.

Los lunes nos reunimos en un rezo colectivo porque ya todas tenemos muertos y sabemos que están muy solos y que todavía sienten la angustia de haber sido degollados, descuartizados o ejecutados con desmayo en la humillación. El dolor produce una mueca que nos hace respetar más al sacrificado. A los aterrorizados les tenemos más amor y consideración porque uno nunca sabe cómo es ese momento de la tortura lenta y cómo enfrentaron las motosierras, las metralletas, los cilindros bomba.

Cuando oímos los llantos colectivos de las viudas errantes buscando a sus muertos, en peregrinación por las riveras, como nuevos fantasmas detrás de sus maridos, les damos los rasgos corporales y les entregamos los cadáveres recuperados. Lloramos con devoción y esa misma noche se los llevan envueltos en costales de fique, sábanas viejas, en barbacoas o en los cajones simples que nosotras hemos alistado para los difuntos santificados. Romerías con linternas apuntando el infinito con estrellas como pidiendo orientación al cielo para no perderse en los manglares, tras la huella invisible del río. Lloran como nosotras la rabia de la impotencia. Cuando no encuentran al que buscan nos dejan su foto arrugada porque ya no importa tanto la justicia de los hombres sino la cristiana sepultura de los despojos.

Nos hemos contentado con recibir y adoptar pedazos porque tener uno entero es tan difícil como el regreso de nuestros muchachos que reclutaron para la muerte. Ellos no volverán, mucho menos las noticias porque la guerra se los come o los ahoga. Cuando no se los traga la manigua, los matan las enfermedades de la montaña o el hambre.

Nos han dicho que no somos los únicos en el puerto, que en Colombia los ríos son las tumbas de los miserables de la guerra. Los viejos nos han dicho que siempre los ríos grandes y pequeños albergan a las víctimas, desde la violencia entre liberales y conservadores de los siglos pasados cuando venían inflados, flotando, con un gallinazo encima.

Al reemplazar el NN en la lápida por el nombre de nuestro esposo o hijo, la energía que viene del cemento es como la que sentimos cuando nos abrazábamos antes de la desaparición. Lo sabemos porque al golpear la pared y empezar las conversaciones secretas, después de las palabras, aquí estamos, no estás solo, nos llega un vientecito tibio como el calor de los cuerpos de nuestros seres inmolados. Los santos asesinados son los mismos en todo el mundo, en todas las guerras y nosotras lo sabemos sin decírnoslo. A algunas de nuestras vecinas les han dicho que se vayan del puerto, que busquen en las ciudades un mejor porvenir para los niños y muchas se han ido sin regreso posible. Entonces regalan o encargan a su muerto, a su Alfredo o Ricardo, a su Alfonso o Benjamín, para que los guíe y cuide en los largos y miedosos tiempos del errabundaje. Así el puerto se ha quedado con muy pocos niños y las adolescentes desaparecen antes de que los padres las saquen de las zonas de candela. Por eso creemos que nuestros muertos, los descendientes sacrificados que nos da el río, reemplazarán a tantas familias que mendigan por Colombia. Mi esposo seguramente ha sido redimido por otra madre desconsolada, más abajo de aquí, porque hemos sabido que lo arrojaron desnudo y dividido, lo acusaban de enlace de los grupos armados. Tendrá otras manos y otra cabeza, pero no dejará de ser el hombre que amaré por siempre, así me lo hayan arrebatado untado con mis lágrimas. Se me ha acabado el agua de mis ojos pero no la rabia. El perdón, el olvido y la reparación, han sido para mí una ofensa. Nadie podrá pagar ni reparar la orfandad en que hemos quedado. Nadie. Ni siquiera el río que nos devuelve las migajas, nos da la comida para vivir y nos entrega los muertos para no perder la esperanza.

Nuestro cementerio no es de desconocidos como pretendieron hacernos creer. Nosotras no pedimos a nuestros muertos números de suerte ni pedazos de tierra para una parcela, pedimos paz para los niños que aún no entran en la guerra a pesar de que a muchos de nuestros sobrinos los han quemado o arrojado al agua. Los niños no llegan a las playas, no son pescados por manos bondadosas. Dicen que a ellos los rescata un ángel cuando los asesinan. El río los purifica.

Después de tantas noches de cielo hechizado, de tanto llanto contenido, mi hija ha quedado viuda. Por eso está conmigo esta noche en la orilla, rezando para que baje un hombre por quien llorar junto a nosotras. Más arriba hay chorros de linternas. Sabemos que cada uno tiene los muertos que el río buenamente le entrega. No importa que seamos un pueblo de mujeres, de fantasmas, o de cadáveres remendados, no importa que no haya futuro. Nos aferramos a la vida que crece en los niños que no han podio salir del puerto. A nuestras criaturas inocentes las hemos dejado dormidas para salir a pescar a los huérfanos de todo. Mañana nos preguntarán cómo nos fue y nosotras les diremos que hay una tumba nueva y un nuevo familiar a quien recordar.

Bajan canoas y lanchas. No sabemos si estamos dentro de un sueño o nosotras flotamos despedazadas en el agua turbia, en espera de unas manos caritativas que nos hagan el bien de la cristiana sepultura.

Navegador de artículos